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Reclaman financiamiento de largo plazo para invertir

Aunque tal vez sea difícil encontrar un denominador común entre Juan Carlos Lascurain, Marcelo Mindlin y Eduardo Constantini, al menos ayer expresaron un reclamo uniforme: sin financiamiento de largo plazo, la Argentina no tiene asegurado su crecimiento económico. Y para ello se requieren señales de estabilidad.

“No me imagino a la Argentina creciendo al 5 o 7 por ciento anual sin financiamiento de largo plazo”, señaló Lascurain, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), antes de reclamar la puesta en marcha de una banca de desarrollo.

Los tres compartieron el panel sobre “Políticas de desarrollo en el mercado de capitales: la visión desde el sector productivo”, en una jornada organizada por la Comisión Nacional de Valores (CNV) sobre la participación del mercado de capitales en el financiamiento de la economía real. Desde perspectivas diferentes, elaboraron un diagnóstico contundente antes de que el ministro de Economía, Carlos Fernández, cerrara la jornada de debate pidiendo “una democratización del crédito”, aunque sin deslizar ni una sola definición en torno a lo que pidieron los empresarios: reglas claras para fomentar el crédito que permita mantener el aumento del nivel de inversión.

“El esfuerzo que se realizó en términos de autofinanciamiento en los últimos años es imposible de mantener”, advirtió Lascurain a un grupo de periodistas, antes de entrar en el coqueto salón del primer piso del edificio de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, dando a entender que el “dinero del colchón”, que salió a borbotones desde 2003, ya se está agotando.

Luego reiteró el concepto junto a los otros dos empresarios: “Es hora de hacer sintonía fina en la política industrial para aumentar el financiamiento de mediano y largo plazo”, expresó.

El presidente de la UIA explicó que el aumento de costos redujo la competitividad industrial, ya que “hay precios que llegaron a niveles no deseados”. En particular, mencionó el incremento de los salarios del sector, que “fue del 225%” desde la salida de la crisis y del 28 al 32 por ciento en las paritarias de este año.

Sin perder su tono amable, Lascurain dijo “entender que los bancos tienen mejores oportunidades en otros rubros”, como financiar el consumo, antes que la producción, por lo que defendió la necesidad de contar con una “banca de desarrollo”, aunque la experiencia del Banco Nacional de Desarrollo (Banade) en los 80 haya fracasado.

Contra los encajes
Luego Mindlin arrancó con una serie de gráficos que reflejaban la estrategia de su compañía, Pampa Holding, para aumentar su fondeo a través de tres inyecciones sucesivas de capital que le permitieron expandirse a puntos neurálgicos del país en materia energética (Salta y Neuquén, entre otras provincias), y cuando parecía que iba a concluir con un panorama optimista pegó un volantazo y advirtió que si el Gobierno no elimina el encaje del 30% para la inversión financiera productiva “herirá de muerte al mercado de capitales”. Este gravamen, utilizado para evitar la excesiva fluctuación en el mercado cambiario, “es como usar un cañón para matar a una mosca”, indicó Mindlin ante el atento auditorio, en el que estaban las autoridades de la CNV: Eduardo Hecker (presidente) y Alejandro Vanoli (vicepresidente); el presidente de la Bolsa porteña, Adelmo Gabbi, y su par del Hipotecario, Clarisa Estol, entre otros ejecutivos.

Para reforzar sus ideas, Mindlin comparó las emisiones en los mercados de la Argentina y de Brasil desde 2004: 4000 millones contra 69.000 millones de dólares.

Ante semejante desequilibrio, Constantini, de Consultatio, afirmó que la Argentina “tiene un mercado de capitales enano, sin financiamiento de largo plazo, porque no hay reglas y existe una percepción de inestabilidad” frente a casi todo el resto de América latina. “Nordelta (su emprendimiento inmobiliario) se hizo sin financiación bancaria”, recordó.

Antes, el presidente del Credicoop, Carlos Heller, también pidió fomentar el crédito a la producción, y el presidente de la Unión de AFJP, Sebastián Palla, aclaró que el sector tiene una gran liquidez a la espera de proyectos para invertir.

Desde el Gobierno, el secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, buscó infundir tranquilidad expresando que este año el Gobierno no tendrá problemas para pagar la deuda, una sensación que no se refleja en la incesante suba del riesgo país.