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Sábanas, de Santa Fe a Falabella

El nacimiento del primer hijo fue, también, el nacimiento de la pequeña empresa de Leda Abud (33). Como no encontraba sábanas que le gustaran, decidió diseñarlas ella misma.

Ese fue el origen de Almanata, su emprendimiento.

“No había sábanas blancas ni telas combinadas”, y menos en Venado Tuerto, la ciudad de 90.000 habitantes en la que vive.

“Empecé a coserlas, sólo para mi bebé”. A todos los que venían a conocerlo le gustaban”. Al final, el éxito fue tan grande que empezó a vender las sábanas, sólo a los amigos y conocidos.

Hoy Almanata está en los estantes de Falabella. Y hasta hace muy poco, se vendía en el local que Abud había abierto en Venado, gracias al éxito de sus diseños. “Lo cerré un mes antes de que naciera mi segunda hija, en agosto del año pasado. Como me iba muy bien con la venta mayorista y yo quería dedicarle tiempo a mis hijos, decidí cerrar”.

Que Falabella le diera el okay le llevó cerca de un año. “Entre que aceptan el presupuesto, lo revisan, ven si tienen cupo de compra, es un proceso que lleva tiempo”.

Igual, la espera valió la pena. La última reposición de mercadería fue por 80.000 pesos: le pidieron 250 acolchados, 480 juegos de sábanas y 400 covers.

“Empecé con ellos en 2006 y cada vez que hacen reposición agregan más mercadería”. Hasta ahora lleva vendidos 180.000 pesos a la tienda.

“Empezamos con Unicenter y Florida, y ahora también llego a los locales que Falabella tiene en Rosario, Córdoba y Mendoza”.

Además, Abud tiene un distribuidor que vende sus productos en Santiago del Estero, Salta, Tucumán y Jujuy.

Ya tiene toda la estructura armada. Las telas se las compra directamente a un vendedor de Buenos Aires. Y la producción la terceriza en un taller que tuvo que ir incorporando gente a medida que crecía la demanda.

“El taller lo armó una mujer que antes trabajaba en mi casa. Le di alguna ropa para ver cómo cosía y resultó excelente. Ella pudo terminar su casa, poner el taller y crecer”. Hoy trabajan cinco personas y también hay un cortador.

Abud no sólo diseña sábanas (los tamaños van desde la cuna hasta una plaza). También ofrece almohadones, batas de baño, toallones y mantas.

Los acolchados para cuna se venden al público a 120 pesos; el juego de sábanas, a 55 pesos y la chichonera, a 80.

Ya pasó tres presupuestos de exportación a Uruguay, México y España. “Tengo hechas las cotizaciones y estamos esperando poder cerrar”.

Según cuenta, no se arrepiente de haber vendido el local. “Ahora trabajo desde mi casa y puedo dedicarme a mi hijo de dos años y a la beba de tres meses. Este es un lugar muy chico y todos me conocen. La gente, que antes venía al negocio, ahora viene a mi casa y termina comprando acá. Lo que más me importaba era estar con los chicos y así lo puedo hacer”.