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Salarios: el pago de sumas fijas vuelve a decir presente y se eleva el piso de reclamos

La mesa está servida. Sólo falta que las partes se sienten a negociar. Aunque el “plato principal” se dará en marzo, cuando salgan a la cancha los gremios más fuertes, los que representan a los docentes bonaerenses ya se encargaron de la “entrada” y cerraron un acuerdo con la Provincia por una mejora salarial del 24 por ciento.

En las semanas que se avecinan, y con el Ministerio de Trabajo como telón de fondo, de un lado estarán los sindicatos, buscando evitar la pérdida de poder adquisitivo real de sus representados. Del otro, los empresarios que, con una caja debilitada, intentarán resignar la menor cantidad de puntos posibles. Y, en el medio, los “convites” tendrán una invitada especial: la inflación.

Es que, sin lugar a dudas, la aceleración de los precios será la protagonista excluyente de cada una de las negociaciones paritarias que se vayan sucediendo en los próximos meses. Para la consultora de Orlando Ferreres, la inflación de febrero se ubicaría en torno a 1,7%; para el estudio Bein ascendió a 1,2% y según Ecolatina se situará entre 1,3 y 1,5%. En tanto, el economista Carlos Melconian estima que “ya está por encima del 3 por ciento.”

Así, la suba del costo de vida ocurrida entre enero y febrero elevó el piso de los reclamos de recomposición salarial -de gremios como la UOM, Luz y Fuerza y la UTA, entre otros- del 20 al 25%. Incluso, en algunos casos -como los frigoríficos o los químicos- los pedidos de mejoras llegan al 30 por ciento.

Y si bien en la cartera laboral o en el Ministerio de Economía pretenden que los incrementos de 2010 se ubiquen entre 17 y 19%, fue la propia Presidenta quien días atrás, como vía para apuntalar el consumo interno, convalidó un piso de aumento del 22% de referencia con cinco gremios docentes nacionales. Una señal que, claramente, la van a recoger en el sector privado.

Consultado al respecto, el analista y director de SEL Consultores, Ernesto Kritz, resaltó que “los sindicatos fueron aumentando sus expectativas de demanda por el avance de la inflación” y que “hoy es muy difícil que los pedidos estén por debajo del 20%. En su opinión, este porcentaje más bien podría ser un “piso”, dejando en el olvido el 15% que se vislumbraba en diciembre.

En diálogo con iProfesional.com, Kritz anticipó que la próxima ronda de negociación se acercará más a lo que era el escenario típico de los años 80, en donde lo que primaba era la puja distributiva. Así lo explicó el experto en cuestiones laborales:

En lista de espera
Además de los empresarios y el Gobierno, quienes también seguirán muy de cerca el devenir de las paritarias serán los empleados fuera de convenio, es decir, todos aquellos profesionales, analistas, supervisores, jefes, gerentes y directores que no están bajo los paraguas sindicales.

Los ejecutivos saben que sus ajustes –que se otorgan de manera “personalizada”- recién llegarán una vez que los acuerdos colectivos de su sector estén encaminados. Claro que para ellos, inflación mediante, los porcentajes previstos a fines de 2009 en los presupuestos de las compañías, también quedaron desactualizados.

“Hace una semana lanzamos una nueva encuesta para determinar qué iban a hacer las empresas en materia salarial, porque las proyecciones de octubre, ante una inflación creciente, quedaron desactualizadas”, reveló Martín López, consultor senior de la multinacional Mercer.

En base a los datos preliminares del informe anual, que Mercer tiene previsto presentar el 16 de marzo, López adelantó a iProfesional.com que las compañías sondeadas han aumentado el porcentaje de ajuste para el personal fuera de convenio “por ahora un punto más, por lo que las subas rondarían el 16 por ciento.”

Según López, “los empresarios tomaron nota del avance de la inflación, pero al llevarlo a la práctica se encontraron con que no contaban con el suficiente margen y sólo están pudiendo incrementar las mejoras para sus ejecutivos en un punto.”

En tanto, desde Ernst & Young, el gerente senior de la división Human Capital, Cristián Marzik, confirmó a este medio que “hubo un corrimiento de dos puntos porcentuales.”

“En diciembre la estimación promedio era del 15% y hoy estamos previendo un 17% para el personal fuera de convenio, con proyecciones que pueden marcar una tendencia alcista, en tanto y en cuanto no se corte esta espiral inflacionaria de enero y febrero”, señaló Marzik.

Mariano Dantas, director de la consultora homónima, también coincidió en que quienes estén haciendo sus pronósticos, van a tener que revisar las proyecciones de ajustes que habían hecho a fines de 2009 para la gente fuera de convenio.

No obstante, todos los especialistas sondeados por iProfesional.com aclararon que la reacción de las empresas en cuanto a generar cambios en sus ajustes salariales no es automática, sobre todo porque tienen un presupuesto que a esta altura del año ya está aprobado -en muchos casos por sus casas matrices- y rever esta previsión “no es tan fácil.”

Para Juan Carlos Rodríguez, socio y director de Total Rewards, lo que puede llegar a modificar los porcentajes de incremento es que las perspectivas de facturación trimestrales sean buenas y que los presupuestos se cumplan o superen.

Apuesta por las sumas fijas
En estos días, los empresarios se encuentran atrapados en una encrucijada. Por un lado, tienen un bajo margen de concesión salarial sin trasladar plenamente a precios. Pero, por otro aceptan una inflación de dos dígitos y además saben que, si no se actualizan los sueldos, no habrá el suficiente consumo de los productos que ofrecen.

Ante este escenario, la salida que tienen a mano es consentir incrementos para el personal mediante sumas fijas, es decir, cifras no remunerativas que -al no pagar cargas sociales- no impactan tan de lleno en los costos laborales para las empresas.

“Este año las compañías tratarán de intensificar todas aquellas formas de ajustes vía sumas fijas”, aseguró Miguel Terlizzi, director general de la consultora HuCap, y explicó que si bien las empresas están buscando corregir lo más posible la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, a su vez necesitan minimizar el impacto en el costo laboral.

En opinión del consultor, el criterio diferenciador de las sumas fijas “versión 2010”, respecto a las abonadas el año pasado, es que ahora las empresas tratarán de maximizar ese número todo lo que puedan.

Así, mientras que en 2009 este tipo de pagos rondaron en muchos casos los $300, hoy pueden llegar a los $800 – tal como ocurrió con el sindicato de empleados de comercio o bancarios.

En esta línea, en Ernst & Young también estimaron que “las empresas van a querer cerrar una parte de los acuerdos con los sindicatos por una suma fija porque les resulta mucho más conveniente.”

No obstante, Marzik puso en dudas cual será la postura que adoptarán los gremios. En su opinión, durante 2009 la mayoría convalidó este tipo de acuerdos debido al particular contexto interno y externo, pero este año la situación es distinta.

En 2010, y ante una economía que muestra signos de crecimiento, se estima que los sindicatos van a buscar negociaciones por porcentajes y “no vinculantes”. Es decir, dejando la puerta abierta ante una posible aceleración inflacionaria para volver a sentarse con el empresariado y discutir ajustes en el segundo semestre, una opción que en el sector privado rehúsan.

Kritz también se mostró dubitativo acerca de la aceptación de sumas fijas no remunerativas por parte de los gremios, pero admitió que por esta vía los empresarios buscarán no aumentar tanto los costos laborales ya que, en su mayor parte, no están sujetas al pago de las contribuciones.

Y, desde Mercer, López advirtió que si bien con este tipo de concesiones la masa salarial termina siendo menor, son “peligrosas” dado que generan muchas inequidades internas.

“Las sumas fijas son parte de un proceso en los que los de abajo reciben incrementos pero no así los de arriba. Eliminan por completo la meritocracia. Y muchas veces las inequidades traen más problemas que los que se ahorran por cumplir con el presupuesto”, enfatizó.

Crece el achatamiento salarial
“El horno no está para bollos. Pase lo que pase, la gente que está fuera de convenio va a recibir aumentos menores que el personal convencionado”, admitió en off the record el director de Recursos Humanos de una importante compañía automotriz.

Para graficar este desfasaje y a modo ilustrativo, Rodríguez explicó: “Cada compañía cuenta con una cajita que tiene una determinada cantidad de dinero. Cuanto más se lleve la gente en convenio, menos reciben los ejecutivos. Esto históricamente fue así.”

Según Marzik, “si los sindicatos firman acuerdos de entre 20 y 25% de mejora salarial, esto va a significar otra vez una diferenciación importante y un mayor solapamiento, como así también mayor pérdida de salario real para el empleado fuera de convenio.”

Desde Mercer, López coincidió: “Los empresarios no van a tener la capacidad de trasladar la misma suba que logren los gremios para sus ejecutivos. Y por este motivo es que se agudizará el achatamiento de la pirámide salarial y el solapamiento entre los fuera de convenio y los convencionados.”

De darse este escenario, habrá cada vez más casos de empleados que cobren sueldos mayores que sus propios jefes o supervisores. Y, lógicamente, crecerá la inequidad interna y el descontento entre las planas ejecutivas. (Ver nota: En el país de la alta inflación, cada vez más argentinos ganarán más que sus jefes ).

Consultado al respecto, el director de SEL Consultores confirmó que el personal no sindicalizado sufre un rezago en sus remuneraciones que se ha ido acumulando año tras año y anticipó que las empresas se encontrarán con un “problema muy serio.”

Para Dantas, la superposición salarial ha llegado a su límite máximo. En su opinión, las empresas fueron morigerando los desfasajes con algunos programas de beneficios, pero el incremento del costo de vida influye cada vez de manera más acentuada.

Además, a partir de la nueva Ley 26.574, que modificó el artículo 12 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) y entró en vigencia el pasado 6 de enero, los empleadores pensarán dos veces antes de conceder nuevos beneficios a sus empleados, como forma de compensar y mitigar el solapamiento. (Ver nota: Crece la cautela en empresas ante nueva ley que inmuniza beneficios de los empleados).

Queda esperar entonces y ver qué movimientos harán las empresas. “Ya en diciembre, muchas compañías nos decían que si se profundizaba el solapamiento iban a tener que convivir con él porque ya no tienen margen para equiparar los aumentos entre unos y otros”, contó el gerente de Ernst & Young.

¿Cuándo llegarán los ajustes?
Todos los especialistas en compensaciones consultados por iProfesional.com coincidieron en que el cuarto mes del año será la temporada alta para las actualizaciones salariales del personal fuera de convenio.

“El 70% de las compañías ajustará las remuneraciones en abril”, anticipó Marcela Angeli, directora del área de Capital Humano de Towers Watson. Y añadió que en 2010 las empresas volverán a revisar dos veces al año los salarios. Una práctica que, producto de la crisis, se había discontinuado durante el 2009.

Así, antes de que finalice el primer cuatrimestre los empresarios otorgarán ajustes que rondarán el 12% y se guardarán entre 4 y 5 puntos para la segunda mitad del año, más precisamente entre septiembre y octubre.