Con el freno de la inversión inmobiliaria como causa principal, la construcción profundizó en julio su tendencia a la desaceleración. En los primeros siete meses creció un 4,3% respecto de igual período del año anterior, cuando ese registro ascendió al 21,8 por ciento.
Según el indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC), que difundió ayer el Indec, el sector cayó 1% respecto de junio en términos desestacionalizados (con estacionalidad, hubo un crecimiento de 3,4%). En la comparación interanual, el mes pasado marcó una expansión del 3,6% (6,1% con estacionalidad), un porcentaje muy alejado de las tasas de dos cifras que se registraban el año pasado.
“Hay una evidente desaceleración en el sector desde agosto del año pasado. Y esta desaceleración radica fundamentalmente en la construcción de inmuebles como reserva de valor o como inversión, dirigidos a un sector de alto poder adquisitivo”, dijo a LA NACION Carlos Tabanera, asesor de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC).
Un dato reafirma esa percepción: en julio de 2006 se habían registrado en los 42 municipios relevados permisos de edificación para obras privadas por casi un millón de metros cuadrados. En julio pasado, esa superficie por construir fue de 822.030 m2. La caída interanual fue del 17 por ciento.
Entre los factores que influyen en ese estancamiento del crecimiento, señalan en el sector, figuran los costos crecientes de la construcción (alrededor del 20% anual), la suba en el precio de los terrenos, los requisitos de factibilidad de servicios que se exigen para habilitar las edificaciones en determinados barrios, los mayores controles de la AFIP y algún coletazo indirecto de la crisis internacional (no tanto por su origen inmobiliario como por la suba de tasas y la apreciación del tipo de cambio).
Por segundo mes consecutivo, el Indec eliminó del comunicado de prensa la encuesta de expectativas del sector, por lo que no hay un parámetro para evaluar el comportamiento empresario en los últimos meses del año.
Según el economista Osvaldo Cado, de la consultora Prefinex, en el segundo semestre la construcción experimentará un rebote y cerrará el año con un crecimiento del 7%, mejor que lo actuado hasta ahora, aunque muy por debajo del 16% con que cerró 2006. “En el segundo semestre es esperable un rebote por el crecimiento de todo lo que es obra pública, tanto obras viales como de infraestructura”, dijo.
También señaló al sector de las viviendas para sectores medios como una de las áreas donde podría sostenerse la demanda, debido al alto precio de los alquileres, aunque aún debe resolverse el tema del acceso a los créditos hipotecarios. Tabanera señaló, en tanto, que hay algunos “atisbos” de esa tendencia con la solicitud de más permisos de construcción en barrios tradicionales de clase media, como Flores, que no pertenecen al circuito que albergó el boom del último tiempo (Puerto Madero, Palermo, Belgrano, Caballito).
En lo que respecta al despacho de los insumos, hubo valores dispares en la comparación con julio del año pasado, con subas de 12,6% en cemento, 6,3% en hierro redondo y 1,2% en asfaltos; y bajas de 5% en pinturas, 3,2% en ladrillos huecos, y 0,5% en pisos y cerámicos. Los insumos en alza están íntimamente ligados a la obra pública, mientras que los que mostraron caídas son principalmente productos que se utilizan mayoritariamente en las obras privadas.
“Que se reduzca la construcción puede tener que ver con que las empresas planean invertir menos. La tasa de inversión venía muy vinculada con lo que es la construcción, por lo que este proceso se puede notar en el próximo indicador de inversión”, dijo Cado.
Tabanera destacó que, no obstante, el nivel de actividad sigue siendo alto, y citó algunos indicadores, como el 12,8% de incremento en la cantidad de empresas del sector o el 15,2% de puestos de trabajo en relación de dependencia entre el segundo trimestre de este año e igual período de 2006. De hecho, por primera vez se pasó la barrera de los 400.000 trabajadores registrados.
