Inicio Empresas y Negocios Se pulverizó la emisión de obligaciones negociables como instrumento de financiación

Se pulverizó la emisión de obligaciones negociables como instrumento de financiación

En momentos críticos para el acceso al financiamiento, cada vez más empresas desisten de endeudarse a través de las obligaciones negociables (ON), un instrumento que resultó ser útil como alternativa de financiamiento pero que, el último año, se tornó una opción inviable para las empresas que no estuvieron dispuestas a convalidar altas tasas de interés.

Esto implicó que muchos proyectos de inversión directamente naufragaran. A la hora de buscar razones de este fenómeno, los especialistas hacen hincapié en que, tras la debacle financiera mundial, los mercados de capitales del mundo se achicaron. Y en el caso del mercado local, la incertidumbre cambiaria y económica, sumado a la salida de las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones (AFJP), las tasas se elevan para cubrir el riesgo o la falta de liquidez.

En este contexto, los expertos anticipan que las empresas realicen colocaciones para refinanciar deuda existente y que recién en la segunda parte del año intenten emitir nuevamente para financiar las inversiones que les permitirá encarar las actividades de 2010.

Un año para el olvido
A diferencia de las acciones, las obligaciones negociables son instrumentos de renta fija con un cronograma de pagos predefinido. Llegado el vencimiento, la empresa cumple sus compromisos y el obligacionista -que presta efectivo a cambio de una tasa de interés-, deja de ser su acreedor.

Durante 2008 las emisiones se derrumbaron un 87%, según reveló la Comisión Nacional de Valores.

En efecto, el año pasado se realizaron apenas diez emisiones por u$s403 millones, muy por debajo de las 34 logradas en 2007 por u$s3.028 millones .

Un estudio del Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC), al sumar el total de instrumentos, concluyó que el financiamiento empresarial a través del mercado de capitales doméstico durante el año pasado fue un 41% inferior la obtenido en 2007, con un total de u$s4.186 millones.

Menor deuda y menores inversiones
Como consecuencia del derrumbe de emisiones, hay una caída en el stock de deuda de las compañías. “Porque han ido generándose las obligaciones y no ha habido igual flujo de renovaciones”, dijo el Portfolio Manager de Puente Hnos, Antonio Cejuela.

Carlos Lerner, jefe del Área Pyme de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA), coincidió en la tendencia de que se reduzca el stock de ON vigentes a medida que no se emitan nuevas series. La consecuencia es que “se cae un producto ideal para el inversor. Los volúmenes operados en renta fija se harán más pequeños (en 2007, la renta fija significó el 85% de lo negociado), es decir, que se cae el rubro más importante de la Bolsa y, por lo tanto, habrá una baja de la inversión por parte de los emisores”.

Los efectos ya se sienten en la economía real. Según relevó la consultora Abeceb.com, los anuncios de inversión se redujeron un 67% en 2008 respecto del año anterior. En tanto, en el segundo semestre, los montos anunciados cayeron un 1,7% frente al mismo período de 2007.

“Ha habido una caída en la financiación a través de ON, debido al cambio de las condiciones financieras, sistémicas y económicas”, explicó Cejuela.

“Algunas empresa han parado o postdatado sus proyectos de inversión y, por lo tanto, la necesidad de financiamiento disminuyó”, agregó.

Es el caso de la empresa Honda, que retrasó seis meses la apertura de una fábrica automotriz en la provincia de Buenos Aires.

Por su parte, el gerente de Desarrollo del mercado de capitales de la BCBA, Claudio Zuchovicki, coincidió con sus colegas en que el stock de emisiones va a caer porque no habrá proyectos de inversión.

“Al reducir el stock y no reinvertir, las empresas van a cancelar parte de su deuda en el primer semestre”. La consecuencia es “el achicamiento de la economía y, al mismo tiempo, una fortaleza enorme de las empresas, porque todo el esfuerzo futuro se realizará con capital genuino”, agregó.

Hoy la tasa de financiamiento no se corresponde con la perspectiva del negocio. Pero para el segundo semestre, Zuchovicki prevé que las empresas van a necesitar reponerse e invertir para encarar la actividad de 2010.

Cejuela fue menos optimista y aseguró que, mientras no haya claridad en el mercado cambiario y en las condiciones económicas locales, habrá volatilidad e incertidumbre en el mercado de ON.

“La ventaja es de solidez y la desventaja, de injusticia: sólo se mantienen y sacan ventaja las empresas que tienen una buena posición”, explicó Zuchovicky. Y agregó que, con este mercado, “no hay movilidad social o cuesta mucho que aparezca un nuevo jugador, salvo que sea brillante”.

Costo
Además de la incertidumbre sobre el futuro de la economía que frena las inversiones, en los últimos seis meses las tasas se han disparado, en especial desde octubre, cuando desaparecieron las AFJP.

“A las empresas no les conviene avalar tasa altas en un instrumento de largo plazo”, dijo Cejuela. Las tasas a un año de plazo llegaron a casi 27% en diciembre, unos diez puntos porcentuales por arriba de lo colocado en septiembre.

Por eso las gerentes financieros han privilegiado el corto plazo, si estaban apremiados en términos financieros, a la espera de que los costos bajen en el mediano plazo.

En el mercado de capitales, las empresas han preferido los cheques de pago diferido (13% anual a 25 días) o los fideicomisos (el último en dólares pagó un 6,75% anual). La alternativa bancaria son líneas de crédito a seis meses (la tasa prime, que cobran los bancos a empresas de primera línea, asciende a 27%).

“Si no tiene una urgencia financiera, el empresario no compromete la caja de la empresa pagando tasas altas durante dos años”, dijo Cejuela.

Zuchovicki agregó que las compañías locales están compitiendo con el Estado en la captación de fondos y con las casas matrices de las multinacionales, que emiten bonos de buena calidad. “Esto es un problema para la local, que llegan a demorar un trimestre las emisiones, en algunos casos”, dijo.

Moneda
Las emisiones en dólares ganan participación entre las colocaciones. Del total emitido el año pasado, el 26% fue en pesos y el 74%, en dólares. En lo que va del año, se emitieron dos ON, en pesos, del comercio Umbro y de la cementera Minetti.

Para las emisiones en pesos “siempre la tasa razonable debería ser la inflación”, dijo Lerner. Sin embargo, con una expectativa de hasta un 15% de inflación, las tasas que piden los inversores para suscribir ON duplican las expectativas.

En cambio, las emisiones en dólares pagan menos tasa que las nominadas en pesos, porque no deben cubrir las expectativas de devaluación. El mercado sostiene que la divisa en torno a $3,50 no se sostendrá por mucho tiempo.

“Algunas empresas prefieren emitir en pesos para estar calzado en sus monedas. Pero muchas compañías se financian en dólares porque hay una falta de credibilidad en la moneda local para emitir a largo plazo. Los inversores no se sienten cómodos suscribiendo en pesos a largo plazo salvo que la tasa sea alta”, explicó.

Se secó el mercado
El golpe de gracia del derrumbe bursátil mundial fue la salida de las AFJP. Mientras que la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES) no toma la posta de las inversiones que hacían las administradoras privadas, el mercado tiene menos liquidez, y agrava el riesgo sistémico.

“Las AFJP con su recaudación y buscaban instrumentos para invertir. El sistema, por la mayor liquidez, permitía pelear la tasa y los fondos se invertían. Hoy no sabés si el organismo te compra o si tenés que buscar inversores”, dijo Cejuela.

Finalmente la semana pasada, Minetti colocó una ON de $70 millones, que fue suscripta en un 57% por la ANSES. Pero antes tuvo que prorrogar el proceso en dos oportunidades.

Para lo que resta del año, el organismo se ofreció a financiar un 30% de las operaciones que lleven adelante las Pyme, en la medida que haya problemas de colocación, según las fuentes de mercado.

Para el resto de las emisiones, la ANSES no privilegiará sólo la rentabilidad, como hacían las AFJP, sino que preferirá seleccionar proyectos que impacten en la economía real, de infraestructura, o de consumo. Quedan afuera de este esquema las empresas que requieran refinanciar sus deudas o que no lleven adelante proyectos reales.

Pyme
Para Lerner, “si bien el segundo semestre fue más flojo, el año no empezó tan mal”. Pero estima que “el volumen total esperado no va a ser el mismo”.

Esperan superar los u$s1.200 a 1.400 millones en el año en emisiones de Pyme, cuando terminaron 2008 con un volumen de 1.165 millones de dólares.

En este segmento, los plazos de las colocaciones no superan los dos años y los fondos se utilizan para financiar parcialmente de un proyecto de inversión. Durante 2008, una industrial, dos agropecuarias, una alimenticia y una farmacéutica se animaron. En lo que va de 2009, Umbro logró colocar una ON esta semana, a una tasa superior al 20%.

Pero la demanda de crédito es baja en este segmento porque la Pyme está más prudente. “A pesar de que las tasas son menores que las que cobran los bancos, el empresario mira más que la financiación cómo van sus ventas, porque no tiene sentido endeudarse si no sabe cuánto va a vender después de marzo”, dijo Lerner.

En todos los segmentos, se tratará de un mercado cerrado durante el primer semestre.