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Tasas de interés: la abrupta suba refleja la incertidumbre que se adueñó del país

Las expectativas constituyen todo en el sistema financiero. La confianza en los fundamentos del modelo económico mantiene el dinero en los bancos y estos pueden financiar los proyectos productivos y el consumo, porque no temen quedarse sin fondeo y confían en el repago de los créditos.

En lo que va del año, el sistema financiero atravesó la crisis entre el Gobierno y el campo, la colocación del bono a Venezuela, el anuncio de promesa de pago al Club de París, la reapertura del canje de deuda y la profundización de la crisis financiera internacional.

Pero, en el último mes, fue puesto a prueba nuevamente. El Gobierno anunció su voluntad de eliminar las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) y desencadenó una crisis financiera y cambiaria de la que todavía no se conoce el desenlace.

El síntoma más visible es el aumento de las tasas de interés que pagan los bancos por los depósitos de plazo fijo, de un 38%, y la consiguiente suba de las tasas de cobra por los créditos que otorga, de hasta 60 por ciento.

“La crisis financiera internacional sumado a la estatización de las jubilaciones provocó una mini corrida de depósitos. Los bancos intentan no dar préstamos para mantener liquidez y, en caso de otorgarlos, lo hacen a tasas elevadas para cumplir con la relación riesgo-retorno”, explicó el economista de la consultora Prefinex, Nicolás Bridger.

“Hoy los bancos privilegian la liquidez para que, en caso de que se profundice la salida de depósitos, puedan tener la plata disponible”, agregó Bridger.

La suba de la tasa de interés pasiva, que pagan los bancos por los depósitos a plazo fijo, determina el piso de la que cobrarán por los créditos.

El Banco Central (BCRA) define en estos días una serie de herramientas para que los bancos accedan a líneas de asistencia que solvente la pérdida de colocaciones y pierdan el temor a prestar.

Liquidez y depósitos
La mayor volatilidad jurídica e institucional que introdujo la sorpresiva medida de estatizar las jubilaciones genera presiones sobre el mercado cambiario porque el dólar es el mecanismo de refugio por excelencia para los privados.

Para acceder a esos billetes, los depositantes retiran sus pesos de los bancos. Más de $1.300 millones en plazos fijos se fugaron de las entidades, al 17 de octubre, según los últimos datos de Central.

Los bancos deben pagar tasas más altas para retener el dinero en sus carteras y seducir a los depositantes. Al mismo tiempo, la carrera imparable del precio del dólar, 10% en un mes hasta $3,39, los obliga a elevar los rendimientos para ganarle a la tasa de devaluación del peso.

Créditos
Producto de esta incertidumbre, los bancos están sentados sobre los pesos y no los prestan o lo hacen a corto plazo. Según los últimos datos del Banco Central, el total de préstamos en pesos al sector privado creció 1,6% mensual al 17 de octubre último, contra el 2,4% del mes anterior.

Peor aún está la línea de financiamiento más usada por las empresas, los descubiertos en cuenta corriente. Los bancos dejaron de prestar $514 millones menos en el mismo período, un 3,32% de caída. Según el portal Notibancos.com, los montos que los bancos permiten girar en descubierto se redujeron en un 30% y a un costo de hasta de 45 por ciento.

En tanto, ya no se descuentan cheques por períodos superiores a 15 días. Pero el crédito de esta línea subió un 5,2%, según datos del Central.

El costo de los préstamos personales no ha saltado como el resto de las líneas crediticias: el costo promedio se mantiene en torno al 31% para un plazo de dos años, según un relevamiento de Notibancos.com. Pero en una entidad privada explicaron que subirá en los próximos días.

Hasta el 17 de octubre, los montos prestados por créditos personales subieron un 1,85%. Según informaron las entidades, los fondos se están prestando a segmentos de clientes donde el banco tiene seguridad de cobro, como los titulares de las cuentas sueldo.

La espiralización de la tasa de riesgo país, que es la sobretasa que paga Argentina sobre la libre de riesgo que pagan los bonos del Tesoro estadounidense, genera un contexto de negocios más riesgoso y un encarecimiento de la financiación a través de la Bolsa.

La financiación con cheques de pago diferido, la línea a tasas accesibles a la que recurren las pymes calificadas en el mercado de capitales, también sufre la reducción del plazo promedio y el alza de costos. Se llegó a pagar esta semana un promedio de 21,98% por la línea de avalados y hasta 29,52%, por la de patrocinados, según datos del Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC).

Los grandes perdedores de la estatización de las jubilaciones son los fideicomisos financieros. Las AFJP suscribían hasta un 50% de las colocaciones y desde el anuncio las emisiones se han suspendido para no pagar el alto costo que supone la menor cantidad de jugadores en el mercado. La última emisión registrada es el Megabono XXIII, cuya tasa de corte fue de un 34% a dos años, según datos de la Comisión Nacional de Valores.

Expectativas
El titular de la consultora Argentine Research, Roberto Drimer, explicó que se trata de una pulseada entre las expectativas negativas de las personas, que tienen miedo a una crisis, y los fundamentos de las finanzas públicas.

Según la consultora MyS Consultores, el horizonte económico está acotado a cuántos dólares venda en las próximas semanas el Banco Central y al comportamiento de los depositantes, que están “expectantes”.

Para Drimer, los fundamentos de la economía no provocan una situación de default: el BCRA tiene reservas y capacidad de hacer política monetaria, los bancos tienen indicadores favorables y la economía va a crecer menos, pero no entrará recesión.

MyS Consultores coincide: “El sistema bancario está muy líquido, con activos de corto plazo (encajes, Lebac, etc.) que pueden cubrir más del 50% de los depósitos en pesos del sector privado o más del 100% si hablamos de plazos fijos”.

Sin embargo, “la gente piensa que va a volver al 2001”, dijo Drimer. “Habrá que ver si la histeria es fuerte o la gente se convence de que no es tan desesperante”, agregó.

Se trata de devolver expectativas confianza. Bridger explicó que el nerviosismo de los depositantes en unos meses podría reducirse. “Depende de cómo se maneje el Gobierno de acá para adelante, que no sorprenda con otra ocurrencia”, sostuvo.

Incertidumbre
Pero Bridger explicó que “aunque la incertidumbre de los depositantes se normalice, el menor crédito disponible por la estatización de las jubilaciones se mantendrá y la suba de tasas, también”.

Según el último informe de la consultora Ecolatina, la eliminación de las AFJP provocará un impacto fuerte sobre el mercado local ya que las administradoras son el principal inversor institucional, operan volúmenes elevados, buscan asumir riesgos bajos y con un horizonte temporal de mediano y largo plazo, son las encargadas de dotar de liquidez y reducir la volatilidad del mercado.

“Los bancos competían con las AFJP para dar créditos y hacía que la tasa fuera más baja”, dijo Bridger. Con la nueva medida, se reduce la competencia, los bancos van a concentrar el otorgamiento de los créditos, y eso hace que la tasa sea más alta.

La incertidumbre se potencia, entonces, en el mercado local porque aún no se sabe cómo operará la ANSES con los nuevos aportes y cuál es el destino del stock de inversiones que está hoy en poder de las AFJP.

Todavía falta que el Congreso apruebe el proyecto enviado por el Ejecutivo. Si la ANSES cumple el mismo rol que las AFJP, el cambio no será sustancial, porque el dinero volvería al sistema.

De todas formas, el mercado no será el mismo. “Las AFJP estaban reguladas [por la Superitendencia de AFJP], pero tenían un comportamiento competitivo de maximizar la rentabilidad de las inversiones. Hay dudas de bajo qué objetivos, ajenos a la competitividad, actuará la ANSES”, señaló Bridger.

El titular de el organismo, Amado Boudou, manifestó hace pocos días que el organismo seguirá financiando los fideicomisos. Una ventanilla desde el Estado para dar préstamos al sector privado regresaría el dinero al sistema. Pero no queda claro el criterio que se utilizará, ya que, por ejemplo, hace dos semanas la ANSES le prestó al Tesoro a una tasa (11,79) inferior a la que paga un plazo fijo.

Si el Gobierno no idea un mecanismo u organismo que reemplace las AFJP, el sistema financiero dependerá de los fondos que pueda conseguir del exterior… El problema es que, en medio de la crisis mundial, con la deuda de los holdouts pendiente y con la negativa a acceder a una revisión de las cuentas macroeconómicas, los mercados internacionales están cerrados para el país.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó esta semana una línea de crédito de emergencia, a una tasa del 10%, y la Reserva Federal de EE.UU. (FED) una serie de líneas de crédito de unos u$s30 mil millones cada una. En cada ambos casos, la Argentina quedó afuera.

Medidas del Central
El BCRA no es indiferente a que el crédito se esté evaporando. A través de distintas herramientas, la entidad monetaria intenta garantizar la liquidez a los bancos para que éstos vuelvan a prestar.

En los próximos días, el Central implementará un mecanismo que lo habilita a dar préstamos a los bancos contra entrega de la cartera comercial de corto plazo. De esta manera, las entidades que necesiten recursos para hacer frente a la salida de depósitos podrán recibir fondos del Central contra la garantía de los préstamos a empresas e individuos.

Aún falta detallar los mecanismos para evitar el riesgo de que el BCRA preste dinero bajo la garantía de lo prestado al sector privado.

Esta medida se agrega a las otras líneas de asistencia vigentes de redescuento y de recompra de hasta un 50% de los títulos que emite la entidad, Lebac y Nobac.

En el Central aclararon que ningún banco ha manifestado necesidades de liquidez. Sin embargo, las entidades congelaron los créditos.

El problema es de confianza y, lamentablemente, no se restablece a partir de las normas.