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Un cuidado adecuado para cada edad

Nuestra piel no está igual a los 20 que a los 40 por ello sus necesidades no son las mismas. A los 20 años la piel y el pelo aún no padecen los estragos causados por el Sol, manchas, arruguitas, desecación, etc..

La clave está en seguir tres pasos que son validos para cualquier edad y tipo de piel, que son la limpieza, la hidratación y la protección solar y combinarlos con otros consejos dependiendo de la edad que tengamos.

Cuando tenemos veinte años la piel está fresca, joven, luminosa y tersa, por lo que mucha gente cae en el error de olvidar los cuidados básicos de belleza, cuando lo correcto sería todo lo contrario, es decir, mantener y prolongar esa frescura.

Todos los días (y digo todos los días) por la noche antes de acostarnos debemoslimpiarnos el rostro, así eliminaremos el maquillaje y toda la suciedad que se nos haya ido adheriendo a la piel durante el dia. Podemos hacerlo con un gel limpiador suave, nunca con toallitas desmaquillantes porque son muy agresivas por su alto contenido en detergente, sólo usarlas en casos puntuales ya que es mejor eso que irse con todo el maquillaje a la cama.

La exfoliación es muy importante realizarla una vez a la semana, eliminaremos las células muertas y mejoraremos la penetración de las cremas. Si se trata de una piel muy sensible con tendencia a las rojeces debes prolongar más el tiempo de exfoliación.

Tras la limpieza debemos aplicarnos una buena crema hidratante, será nuestra mejor aliada. Para las pieles grasas cremas oil free (sin
aceite) para no obstruir los poros; si por el contrario se trata de una piel seca puede ser una crema más untuosa. Se debe aplicar por la mañana y por la noche.

La protección solar no puede faltar a ninguna edad y en ningún momento del dia, así evitaremos todos los daños que el sol causa sobre nuestra piel. Debemos acostumbrarnos a aplicar un protector solar después de nuestra crema hidratante y antes de salir de casa, incluso los días nublados. Al cabo de los años nuestra piel nos lo agradecerá.

De los 30 a los 40
Lo que le ocurre a nuestra piel a partir de los 30 es que se empiezan a manifestar los primeros signos del envejecimiento, pérdida de elasticidad, menos luminosidad, se ve algo más deshidratada e incluso la coloración de la piel ya no se ve tan uniforme. Igual que vimos con los consejos anteriores, vamos a seguir tres pasos y los vamos a adecuar a nuestra edad.

Limpieza
La limpieza es un paso fundamental para que la piel esté sana. Este ritual debe realizarse con mucho mimo, si utilizamos productos waterproof lo mejor serán losdesmaquillantes con base aceitosa porque eliminan mejor y con mayor suavidad el maquillaje resistente al agua.

Luego usaremos un gel limpiador para eliminar toda la suciedad en profundidad y si la piel lo requiere exfoliaremos. Para acabar podemos aplicarnos un tónico o pulverizar agua termal para descongestionar la piel y mantenerla hidratada.

Hidratación
A esta edad la hidratación debe comenzar a ir acompañada de cremas con tratamiento o serums, para ayudar a reparar los daños que provocan los radicales libres en las células, además de aumentar las defensas contra la polución.

Las mejores hidratantes para esta piel son las que contienen vitaminas como la E y la C que son antioxidantes y disminuyen las líneas de expresión. El contorno de ojos ya no puede faltar en nuestro neceser y debemos aplicárnoslo cada vez que notemos seca esta zona, ya que normalmente la pieles secas son más propensas a las arrugas.

Las mascarillas también pueden comenzar a hacer presencia en nuestros tratamientos por ejemplo una vez a la semana, las hay blanqueadoras con vitamina C, calmantes, hidratantes etc, cada piel debe buscar la que mejor se adapte a sus necesidades.

Protección
Algunas manchitas comienzan a aparecer tímidamente a partir de los treinta años, pero si no les ponemos freno se harán notar cada vez más, por eso lo mejor es pararlas cuanto antes. Para ello se hace esencial un protector solar con índice alto. Sus filtros aislarán nuestra piel protegiéndola así de los rayos solares principales causantes del envejecimiento.

También debemos tener en cuenta que los anticonceptivos orales y el embarazo causan cambios hormonales provocando en muchos casos manchas oscuras en las mejillas y en el labio superior por lo que debemos protegernos aún más del sol ya que éste acelera más la aparición de posibles melasmas.

Los tratamientos adecuados
A medida que pasan los años nuestras necesidades e intereses van cambiando: nos gusta otra clase de música, preferimos ciertas salidas y compañías. Sucede lo mismo con las necesidades de nuestra piel y nuestro cuerpo en general. Cada década de nuestra vida tiene una
clave: a los 20 prevenimos, a los 30 mantenemos y a los 40 recuperamos. Y cada uno de estos objetivos tiene sus propios medios.

A los 20, los tratamientos de belleza que necesitamos son los más sencillos y básicos: una rutina de limpieza e hidratación en casa, y el uso de protección solar. Las exfoliaciones pueden ser semanales y es muy importante quitarnos el maquillaje cada noche, para prevenir arrugas. Si ya observamos ciertas arruguitas, con el uso de alguna crema hidratante suave por las noches bastará.

A los 30 sumamos exfoliantes químicos, y cambiamos los productos de la rutina que llevábamos por otros más específicos, como cremas antiarrugas nocturnas. La mesoterapia nos ayudará a lidiar con las tensiones de la rutina y si observamos la aparición de manchas o arrugas, podemos recurrir a los peelingscada cuatro o cinco meses.

A los 40, la nueva plenitud de la vida, vamos a prestar atención a los activos de las cremas que utilizamos, buscando aquellas pensadas para nuestra edad. Podemos sumar los peelings químicos o dermoabrasiones unas tres o cuatro veces al año, y la ingesta de alimentos que contengan antioxidantes.