Las crisis son momentos oportunos para que resurja la creatividad del ser humano, y esta crisis por la que estamos pasando no podía ser la excepción. Fue un informático francés, Vincent Barthe, el que tuvo la genial idea de realizar una colección de vino premium en envases parecidos a los tubos de ensayo de laboratorio. Así que si quiere tomar una copa de vino fino ahora no tienen excusa.
Este licenciado en sistemas y productor de vinos en su tiempo libre creo este invento que permite fraccionar el vino en dos medidas: 6 y 10 centilitros, la primera corresponde a una copa de degustación y la segunda a una de consumo.
Los tubos, que vienen con una tapa a rosca, se comercializan en cajas o separados, bajo el nombre de la empresa Wineside que Barthe creó para poder comercializar su producción.
Los vinos que incluye esta colección son: un tinto (Saint Emilion), dos blancos (Sauternes y Pessac Léognac), un rosado (Bandol) y promete seguir ampliandose.
Esta nueva línea de vinos fue lanzada al mercado a fines del 2008 y va ganando espacio en diferentes lugares del mundo a pesar de que los más conservadores la miran con recelo.
