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Coface baja la calificación de Estados Unidos y sitúa la de Japón bajo vigilancia negativa.

Coface, el grupo francés líder en seguro de crédito y servicios de credit management, anunció la baja en la calificación de Estados Unidos a A2, un año después de haberla puesto bajo vigilancia negativa. Dado que la experiencia de pago de Coface sobre las empresas americanas se ha deteriorado en enero y febrero de 2008, y el acceso más difícil al crédito está perjudicando a las empresas más vulnerables de los sectores que giran en torno al consumo doméstico.

Según la hipótesis de Coface, el crecimiento americano debería ser débil o incluso negativo en la primera mitad de 2008, pero debería recuperarse ligeramente en la segunda mitad, estimulado por la reactivación de la política económica y por el dinamismo de la demanda de los países emergentes que representa más del 50% de las exportaciones del país.

Los países limítrofes también se han visto afectados: las actuales calificaciones A1 y A3 de Canadá y México, respectivamente, han sido puestas bajo vigilancia negativa.

En el caso de Canadá, Coface advirtió un incremento del riesgo de impago en la industria manufacturera, resultante de la apreciación del dólar canadiense y de la ralentización en Estados Unidos, su principal cliente (40% de las exportaciones).

México, por su parte, es igualmente sensible a la coyuntura americana a través de dos canales. Por un lado las exportaciones (Estados Unidos representa un 80% del total), y por el otro el consumo de los hogares, en parte sostenido por las transferencias de los trabajadores mexicanos emigrados (25 billones de dólares), empleados, por lo general, en el sector de la construcción, que actualmente está en crisis.

Coface también puso la calificación A1 de Japón bajo vigilancia negativa, dado por la ralentización de las exportaciones, dificultadas por el descenso de la demanda americana (25% de las exportaciones) y por un yen fuerte que reduce la competitividad-precio de las empresas. El consumo de los hogares, por su parte, continúa frenado por el descenso regular de los salarios reales y por los precios en alza de los productos alimenticios. En consecuencia, las quiebras aumentaron un 18% en 2007, afectando a empresas del sector de la construcción, distribución y servicios, como así también a las Pymes manufactureras.

“Estas empresas se encuentran entre la espada y la pared”, precisa Yves Zlotowski, chief economist de Coface, “dependen a menudo de un solo cliente, y como tal ya estaban sufriendo presiones sobre sus márgenes a las que se añaden, actualmente, el aumento de los precios de sus materias primas, la fuerte competencia de los subcontratistas chinos y la atonía de la demanda interna”