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Las ventajas del outsourcing en el control de su franquicia

Una máxima en el sistema de franquicias es la de “confiar en sus franquiciados, pero verificar su accionar” y esto está relacionado con una exigencia del franquiciante, que es la prestación de asistencia técnica y comercial al franquiciado durante el periodo contractual.

Particularmente uno de los puntos de dicha asistencia, es el seguimiento y control de la franquicia. El franquiciante tiene la obligación de saber en todo momento cómo se está desarrollando la actividad en su red.

¿Por qué?

• Porque debe velar y cuidar a los franquiciados de una posible mala operación de alguno de los integrantes de la cadena,
• Porque debe detectar puntos débiles y ayudar a corregirlos,
• Por prevención, en el afán de evitar situaciones no deseadas, y
• Por el propio proceso de Mejora Continua de su compañía.

Por tanto, el seguimiento y control no solo es recomendable sino que es de obligado cumplimiento, tanto por el franquiciante, el cual lo tiene que ejercer, como por el franquiciado, el cual debe permitir que se efectúe.

Ahora bien, para ejercer una adecuada verificación sobre su red de franquicias, el franquiciante tiene a su alcance una multitud de instrumentos y herramientas. Cada franquicia tendrá, por su propia actividad, distintas formas de controlar la red; no obstante, consideramos apropiado separar en dos grandes grupos los controles sobre la red:

1. por un lado, los sistemas de seguimiento y control encaminados a analizar la situación general del franquiciado, tales como el servicio al cliente, cuestiones comerciales y operativas, imagen, etc. y
2. por otro lado, los sistemas encaminados a controlar otro tipo de parámetros más específicos, como los aspectos económicos y financieros, los tributarios, los relacionados al personal y sus cargas sociales, las cuestiones legales, etc.

Los primeros son generalmente llevados a cabo por supervisores o asesores de campo y los segundos, merecen de un conocimiento más técnico y específico. Y es acá donde se destaca una de las ventajas de tercerizar esa función en profesionales independientes que, al margen de ser idóneos en estos temas, también conozcan la filosofía del sistema de franquicias.

Una de las grandes virtudes que ofrece tercearizar la auditoria o el control, radica en la confidencialidad y objetividad de la información. Está claro que, cualquier supervisor de una compañía, en todos los casos responderá a las necesidades de la empresa, pero siempre interpondrá por delante sus intereses personales, afectando así cualquier decisión u opinión que pueda dar acerca de los eslabones de la red.

Como contrapartida, el auditor, bajo su capa de consultor externo e independiente, tiene la habilidad de opinar con plena libertad, libre de cualquier vicio personal.

Estas auditorías permiten, a través de la visión y experiencia de expertos, percibir problemas reales que, por cotidianos, pueden pasar desapercibidos a la propia organización; además, las auditorías suponen una entrada de información y una visión distinta de la realidad de la empresa.

Es cierto que, en muchos casos, y principalmente para pequeñas empresas franquiciantes en las cuales el balance financiero es su talón de Aquiles, resulta difícil llegar a la decisión de contratar un servicio profesional de estas características. Pero está claro que, a la hora de la toma de decisiones, la confidencialidad, independencia, excelencia profesional y visión independiente, hacen del auditor el asesor indicado.