Inicio Motores Nissan en jaque: Pérdidas millonarias, cierres y despidos

Nissan en jaque: Pérdidas millonarias, cierres y despidos

Nissan en jaque: Pérdidas millonarias, cierres y despidos

La industria automotriz está viviendo tiempos turbulentos, y Nissan no es la excepción. La marca japonesa, conocida por modelos icónicos como el Leaf o el Sentra, acaba de confirmar el peor año fiscal en un cuarto de siglo. Con pérdidas netas de 4.500 millones de dólares en el ejercicio que cerró en marzo de 2025, la compañía ha encendido las alarmas y ha puesto en marcha un plan de reestructuración que está dando de qué hablar. ¿Qué está pasando con Nissan? Vamos a desglosarlo.

Un golpe histórico para Nissan

El panorama no podría ser más complicado. Nissan ha reportado una caída del 94% en los ingresos netos en el primer semestre del año pasado, según fuentes como El Financiero. Esta crisis, la peor en 26 años, ha llevado a la directiva, encabezada por el mexicano Iván Espinoza, a tomar decisiones drásticas. Entre ellas, el cierre de siete plantas a nivel global y la eliminación de 20.000 empleos para 2027. «Si se imponen aranceles altos, tendremos que estar listos», señaló Makoto Uchida, CEO de Nissan, en una reciente conferencia de prensa, según Infobae.

Cierres de plantas: ¿Dónde y por qué?

El plan de reestructuración incluye el cierre de fábricas en mercados clave. Aunque Nissan no ha detallado todas las ubicaciones, se sabe que Japón, Tailandia y Estados Unidos estarán entre los afectados. En Argentina e India, la marca ya dio un paso atrás al suspender operaciones conjuntas con Renault, su socia francesa, para enfocarse en mercados más rentables. Según el medio japonés Yomiuri Shimbun, la meta es reducir la capacidad productiva global en un 20%, equivalente a 500.000 vehículos menos al año. Esto dejaría a Nissan con solo 10 plantas operativas y una producción anual de 2.5 millones de vehículos.

Despidos masivos: El costo humano

El recorte de 20.000 empleos es otra medida que ha generado controversia. De estos, 6.500 corresponden a las plantas de Smyrna y Canton en Estados Unidos, donde se eliminarán turnos completos. Además, 2.500 empleos indirectos se perderán mediante jubilaciones anticipadas y reducción de contrataciones. Este ajuste busca racionalizar operaciones, pero plantea preguntas sobre el impacto en las comunidades locales y los trabajadores.

Los aranceles de Trump: Una amenaza externa

Si la crisis interna no fuera suficiente, Nissan enfrenta un entorno global adverso. Los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump, que incluyen un 25% a importaciones desde México y Canadá y un 10% adicional a China, están complicando las cosas. Nissan exporta cerca de 320.000 vehículos al año desde México a Estados Unidos, según El País. Con solo dos plantas en territorio estadounidense, la marca depende en gran medida de importaciones desde México y Japón, lo que la hace vulnerable.

Para mitigar el impacto, Nissan planea concentrar la producción para el mercado estadounidense en sus fábricas locales, enfocándose en tres modelos con alta demanda. Sin embargo, esta estrategia podría no ser suficiente si los aranceles persisten. «Exportamos un gran volumen a Estados Unidos, así que, si hay aranceles altos, tendrá graves implicaciones en nuestro negocio», advirtió Uchida en la misma conferencia.

China y los autos eléctricos: El desafío del futuro

Otro frente que preocupa es la creciente competencia de los autos eléctricos chinos. Marcas como BYD y Changan están revolucionando el mercado con vehículos accesibles y tecnológicamente avanzados. Nissan, que alguna vez lideró con el Leaf como el vehículo eléctrico más vendido del mundo, ha quedado rezagada. La rápida adopción de eléctricos en China, junto con la autosuficiencia en baterías de litio, ha dejado a la marca japonesa en desventaja. Según WIRED, China produce el 75% de los módulos de carga a nivel global, un dominio que Nissan no ha logrado contrarrestar.

Un plan para sobrevivir

A pesar de los desafíos, Nissan no se rinde. La compañía apuesta por unificar el 70% de sus autopartes para fabricar diferentes modelos con componentes compartidos, lo que reducirá costos y permitirá cerrar plantas especializadas. Además, planea introducir un SUV eléctrico en su planta de Canton, Mississippi, para 2027, diseñado para diferenciarse en un mercado saturado. «Queremos entrar con una oferta que sea más única», explicó Espinoza, según WIRED.

¿Qué significa esto para la industria?

La crisis de Nissan es un reflejo de los cambios profundos en la industria automotriz. La transición hacia los autos eléctricos, los vaivenes de las políticas comerciales y la presión por reducir costos están redefiniendo el juego. Para Nissan, el camino hacia la recuperación será largo y lleno de obstáculos. Sin embargo, su capacidad para adaptarse a estas nuevas realidades determinará si logra recuperar su lugar como líder o si cede terreno ante competidores más ágiles.

La historia de Nissan nos recuerda que, en un mundo donde la tecnología y la geopolítica avanzan a pasos agigantados, incluso los gigantes deben evolucionar para sobrevivir.